Esta llave
está colocada en el tudel cerca del extremo más ancho del mismo, en el medio aproximadamente de las dos chimeneas de octava y es accionada por el dedo pulgar mediante una palanca situada a la izquierda de la llave de octava.
Aunque se la conoce como “llave de armónicos” (S), es una gran desconocida para muchos, y en contra de lo que algunos piensan, no es para obtener armónicos, sino para facilitar la emisión de los mismos. Según una mayoría muy significativa de profesionales
del saxofón alto, esta llave presenta pocas ventajas y muchos inconvenientes:
Ventajas.-
-Facilita la emisión de los armónicos. (No produce los armónicos).
-Se logra con ella un sonido más homogéneo entre los graves y los agudos.
-Mejora la afinación en el registro sobreagudo.
-Puede ser útil en el registro medio-agudo en intervalos grandes.
Inconvenientes.--
Supone una mayor complicación a la hora de tocar si no se tiene mucha práctica
en su manejo al tener que utilizar las dos llaves.
Si queremos aprovechar alguna de las ventajas citadas para su óptimo rendimiento
debe que ser utilizada de la siguiente manera: La llave de 8ª para las notas Re a Fa# (4ª línea). La llave de armónicos (S), para las notas Sol a La # y por último la llave
de 8ª MAS la (S), del Si al Fa#, lo cual no deja de ser un obstáculo, porque tal combinación de llaves dificulta la digitación en ejercicios rápidos y complicados
innecesariamente y la diferencia sonora es prácticamente imperceptible.
Por otra parte, si mientras se está tocando el tudel se desplaza hacia un lado u otro, cosa que puede suceder, la llave (S) se abriría y no se podría seguir tocando, sopena de colocar el tudel en su sitio, lo que supone
una maniobra más a realizar en el caso de que esto suceda.
La incorporación de esta llave -si se mira bien- es tanto como
volver al problema de las dos llaves de 8ª de los primeros tiempos del saxofón. Problema, que se soluciono con la invención del mecanismo de automatismo en 1888 que convirtió
las dos llaves de 8ª en una sola y que se incorporaría a todos los saxofones en 1925.
Sobre la base de utilización inadecuada de la llave de armónicos
(S), algunos saxofonistas (quizás sin pretenderlo), convierten el saxofón en un instrumento chillón, que no lo es, en contra de lo que debe ser, un instrumento
de sonido penetrante dulce y agradable y en ocasiones suntuoso y majestuoso.
Además, la mayoría de los saxofonistas, que practican los armónicos los sacan
con la llave de 8ª única sin necesidad de la llave (S), como es el caso de S. Rascher y otros, lo cual demuestra que no es tan necesaria como parece. De hecho Marcel Mulé la desaconseja.
¿Pero que son los armónicos?...
Se entiende por sonidos armónicos, las frecuencias secundarias que acompañan a la frecuencia de un sonido generador o
fundamental. Son una serie de sonidos de cuya presencia no nos percatamos, pero que están ahí y que bien utilizados, como todo en la vida, pueden ser un excelente recurso acústico.
Aunque parezca sorprendente, diré que a este respecto, Pitágoras (582 a.C.), construyo un aparato que denominó “Sonómetro”, en el que basó sus investigaciones
sonoras denominadas Sistema Pitagórico, el cual ha servido de base para que cientos de años después, se llegara al descubrimiento de lo que hoy conocemos como la serie armónica. Es decir, la sucesión
de armónicos que se producen al vibrar una cuerda o una columna de aire con una misma posición.
Los sonidos armónicos pueden ser naturales
y artificiales. En el caso del saxofón, son naturales los sonidos que emite el tubo según la serie armónica, y artificiales,
los obtenidos mediante el empleo de posiciones complementarias o tranquillas.
Cuando por ejemplo reproducimos el sonido Do grave, en realidad están sonando
20 sonidos armónicos más. Sin embargo, el saxofón solo produce 16 sonidos fundamentales, todos los demás en los que interviene la llave de octava son enarmónicos. Asimismo, son sonidos armónicos
propiamente dichos todos los sonidos que sobrepasan el Fa# agudo. .
Factores que intervienen en la producción
de los armónicos.-
-Tener intención y sentir interiormente el sonido que deseamos obtener.
-Presión del la columna de aire.-Ampliación de la cavidad bucal, (garganta).-Modificación en la presión de la embocadura (precisa de gran control).-Posiciones digitales alternativas a emplear (son muy subjetivas).-Otros factores psicofísicos de difícil precisión.
Emisión del sonido armónico y metodologia.-
Conviene resaltar que no se deben empezar a estudiar los armónicos
hasta haber superado al menos los estudios de grado medio cuando ya esta la embocadura suficientemente consolidada, y aunque algunos profesores recomiendan para ello boquillas abiertas y cañas un poco fuertes, tal recomendación
sin embargo, no es seguida por una mayoría significativa que piensa que esto puede dañar la consolidación de la embocadura y desvirtuar el verdadero sonido del saxofón. Así pues me inclino por
esa mayoría que opina que los armónicos deben obtenerse, con la boquilla y la caña habituales que cada saxofonista haya elegido para sus estudios y actuaciones profesionales, empezando primero por los armónicos
naturales En cuanto a la metodología empleada para su estudio, como dice el refrán, “cada maestrillo tiene su librillo”. Ahora bien, yo entiendo que para
empezar es recomendable hacerlo con los sonidos de la “serie armónica”. Por ejemplo, se digita el Do medio y se sigue tocando hasta el Fa (5ª línea). Una vez oído este
Fa, intentar reproducir ese sonido cantándolo (no tocando), luego con las posiciones del Sib grave (sin llave de 8ª), se hace sonar en el saxofón el sonido del Fa que se había cantado y que está
retenido en la mente y veremos que con facilidad sonará el Fa con las posiciones del Sib grave. Ese Fa es un armónico. Puede reforzarse este ejercício
con la práctica de otros como los glisandos descendentes con las notas agudas Re, Re#, Mi, Fa y Fa#, o la emisión de las notas graves con la llave de 8ª pulsada, etc., etc. Una vez dominados
estos armónicos naturales, servirán de base para el estudio de los armónicos artificiales.Se trata de encontrar y emitir cada uno de esos sonidos armónicos con afinación y precisión hasta
adquirir un dominio relevante de los mismos. Os aconsejo para ello que echéis un vistazo a los métodos siguientes: “Top Tones for Saxophone”
de S. Rascher o bien a “Los armónicos en el saxofón” de P. Iturralde o del profesor Ivan Meyer y sobretodo no olvidéis dos cosas: a).- Que la actividad mental debe preceder y prevalecer sobre la corporal. b).- Que uno de los mejores ejercicios que podemos hacer para desarrollar la producción del sonido,
es tocar unos pocos armónicos todos los días. Un saludo.