LA EMBOCADURA EN EL SAXOFÓN.-Por Antonio Juárez Bayón.- (06-02-17)
La palabra “EMBOCADURA”, significa parte de alguna cosa que entra en la boca. Cuando dicha palabra está relacionada con la ejecución de instrumentos
musicales, podría entenderse además, como “abertura para adentro”. Pero la embocadura en el caso del saxofón es algo más complejo que todo eso.
La embocadura,
está configurada fundamentalmente por varios elementos físicos, incluso psíquicos, interrelacionados entre sí que junto con la boquilla-caña
intervienen en la producción del sonido, como son, entre otros: Los labios, los dientes, los músculos orbiculares de la cara, la lengua, la cavidad bucal, la garganta, la respiración, la situación emocional, etc. etc.
El conjunto boquilla-caña, debe introducirse en la boca, aproximadamente algo más de la mitad de la parte biselada. Los dientes superiores reposaran suavemente sobre la boquilla (a veces se pega en la
parte superior de la boquilla un protector que sirve de almohadilla), arropados por el labio superior. El labio inferior, tocara y envuelvera suavemente los dientes inferiores a modo de almohadilla, para que estos no toquen la caña y permitan
que esta vibre con naturalidad al paso de la columna de aire.
Debe tenerse siempre presente, que la embocadura debe ser relajada, acolchada y sostenida, lo que requiere
en principio la práctica de ejercicios que contribuyan a ello, consistentes en abrir la boca como si quisiéramos tocar con la comisura de los labios las orejas y luego cerrarla con los labios hacia adelante como si fuéramos
a silbar con el fin de ejercitar y fortalecer los músculos orbiculares para que en el momento de tocar, los labios produzcan un cierre totalmente hermético.
Este ejercicio, debe
hacerse con ritmo regular y repetirse entre 30 o 40 veces seguidas y dos o tres veces al día consiguiendo así fortalecer la tonicidad muscular. La garganta debe mantenerse bien abierta con el fin aumentar
la cámara interna de la boca para lograr una mayor resonancia, sobre todo para las notas graves.
En lo que a la respiración se refiere, podría decirse que hay
fundamentalmente dos clases a los efectos que nos interesan: La respiración activa y la circulante o circular. La activa es aquella que utiliza el saxofonista cuando
le viene impuesta por las circunstancias del ejercicio que está tocando o las peculiaridades de la frase musical, mientras que la circular es la que se realiza sin dejar de emitir sonido y, aunque es poco
utilizada ya he dedicado a ella uno de mis artículos.
Existe como es logico la respiración pasiva, que nada tiene que ver con él saxofón. Es aquella que realizamos cuando
caminamos o realizamos cualquier otra tarea actividad relacionada con nuestra vida cotidiana. Pero la respiración que nos interesa a los saxofonistas es la activa. Esta, debe de hacerse por la boca (comisura de los labios), a
pesar de que hay opiniones muy minoritarias en contra, que admiten una leve apertura de la mandíbula para permitir abrir un poco la boca y respirar. Opinión que yo no comparto por varias razones que algun día explicaré.
Por otra parte, estan los poqísimos que respiran por la nariz, pero este tipo de respiración la rechazo totalmente porque, entre otras cosa es menos intensa y rápida y además, fatiga al saxofonista.
Para comenzar a estudiar se precisa una boquilla clásica, si es posible Selmer de abertura media, pues las boquillas “super shot” precisan de una cierta experiencia para saber dominarlas.
Por ello, es necesario elegir bien el conjunto boquilla-caña, conforme a las características físicas del estudiante o ejecutante, ya que no existe una embocadura estándar, pero sin embargo,
hay una línea y unas pautas a seguir por los instrumentistas, tendentes a encontrar el equilibrio entre extremos que permiten lograr la mejor embocadura y calidad de sonido. Es preciso no olvidar que la embocadura básica
permanece igual para todos los saxofones con las lógicas variaciones, claro está, dependientes del tamaño de la boquilla.
Para lograr una correcta embocadura es preciso tener en
cuenta lo que se ha dicho y seguir los consejos del profesor, además de paciencia, constancia y auto supervisión, dada la compleja actividad de cada uno de los elementos que se han de poner en marcha para producir un buen sonido.
Por último, no olvidemos, que el éxito de un saxofonista está basado sobre todo una buena embocadura, y en el conocimiento de recursos técnicos. Saludos.
"SAXOFONCROMATICO" (Método de saxofón del profesor
Antonio Juárez Bayón).